12

Áreas en la Región "México".

70000

Más de 70,000 reuniones semanales alrededor del mundo.

68

Más de 68 años de experiencia desde su fundación en Julio de 1953.

144

Presencia en más de 144 países Contabilizados a mayo de 2018.

Nuestra visión es que algún día:

Para que ningún adicto buscando ayuda deba morir, que:

  • Todos los adictos del mundo tengan la oportunidad de recibir nuestro mensaje en su propio idioma y cultura y descubran la posibilidad de una nueva forma de vida.
  • Todos los miembros, inspirados por el don de la recuperación, experimenten el crecimiento espiritual y la realización a través del servicio.
  • Los órganos de NA de todo el mundo trabajen juntos con un espíritu de unidad y cooperación para apoyar a los grupos a llevar nuestro mensaje de recuperación.
  • Narcóticos Anónimos tenga reconocimiento y respeto universal como programa viable de recuperación.

La honestidad, la confianza y la buena voluntad son la base de nuestros esfuerzos de servicio y todos ellos dependen de la guía de un Poder Superior bondadoso.

¿De dónde surge el programa de Narcóticos Anónimos?

Narcóticos Anónimos surge del programa de Alcohólicos Anónimos a fines de la década de 1940 realizándose las primeras reuniones en Los Angeles, California a comienzos de 1950. Al principio su crecimiento fué lento, pero a partir de la década de 1980, cuando se publica su primer Texto Básico, NA comienza un crecimiento sostenido. Hoy es considerada una de las más antiguas y mayores asociaciones de adictos en recuperación que se conoce en el mundo.

¿Cómo funciona?

El método de Narcóticos Anónimos para la recuperación de la adicción a las drogas es enteramente no-profesional, contando solamente con el apoyo mutuo de sus miembros.

  • Creemos que el éxito del programa de Narcóticos Anónimos se basa en el valor terapéutico de un adicto que ayuda a otro.
  • NA está abierta a cualquier persona que quiera parar con el consumo de drogas, independientemente del tipo de drogas que use o usaba.
  • No hay restricciones sociales, religiosas, económicas, de profesión, raciales, étnicas, nacionales, de preferencias sexuales, ni de ninguna clase para ser miembro.
  • El único requisito para ser miembro es el deseo de dejar de consumir drogas.

Nuestra relación con terceros se basa en

Que mantenemos una política de cooperación, no de afiliación, en nuestras relaciones con otras organizaciones, es decir no nos asociamos explícitamente ni nos oponemos a ninguna otra organización o método asociado al problema de la drogadicción.

No ofrecemos financiación a otras organizaciones, ni aceptamos recursos que vengan por fuera de nuestra confraternidad.

No tenemos opiniones sobre cuestiones ajenas, incluso en aquellas relacionadas con adictos o con la adicción.

No somos una organización antidroga o que prohíbe el uso de ellas, tampoco opinamos sobre su penalización o legalización.

Narcóticos Anónimos tiene una única misión: Proporcionar un ambiente dentro del cual los adictos a las drogas puedan ayudarse los unos a los otros a parar de consumir y encontrar una nueva forma de vivir.

El programa de Narcóticos Anónimos es un programa integral

La experiencia de nuestros miembros es que la abstinencia total y continua de todas las drogas les proporciona una base sólida para la recuperación y el crecimiento personal.

Por lo tanto la abstinencia en sí no es el único objetivo de nuestros miembros, lo más importante es que procuramos un cambio integral de nuestra actitudes y estilo de vida.

Nuestra misión como confraternidad es, que a través de nuestro programa espiritual (no religioso), el adicto deje de consumir drogas, asuma individualmente su “enfermedad” y sea un miembro pleno de la sociedad que integra.

¿Quién es un adicto?.

La mayoría no tenemos que pensar dos veces esta pregunta ¡Conocemos la respuesta!

Toda nuestra vida y nuestros pensamientos giraban de una u otra forma en torno a las drogas, cómo obtenerlas, cómo consumirlas y el modo de conseguir más.

Vivíamos para consumirlas y las consumíamos para vivir.

En síntesis, una persona adicta es aquella cuya vida está controlada por las drogas. Estamos en las garras de una enfermedad crónica y progresiva que nos arrastra invariablemente a los mismos lugares: cárceles, hospitales y la muerte.